La sierra de Bentomiz es abundante de fuentes frias y saludables y arroyos de aguas claras que bajan entre las peñas y sacándolos en acequias por las laderas riegan sus huertas y hazas los moradores.

Antes de la llegada de los castellanos el agua era comunal y se distribuía siguiendo estrictas normas, según los intereses colectivos, pues de acuerdo con la tradición coránica, el agua, la hierba y el fuego no podían ser objeto de apropiación privada, la conquista castellana alteraría este cuidado equilibrio que convirtió al regadío en un importante pilar de la economía del reino de Granada.